Con las uvas, en un cumpleaños, en un reencuentro... en fin, en toda celebración que se merezca nunca falta una buena botella de champagne para brindar. Se trata de un vino blanco aunque también tiene su variedad en rosado.
El champagne o champán fue rápidamente considerado una bebida de "lujo", allá por el siglo XVII donde se popularizó el consumo de estos vinos. Personalidades tan dieferentes como Marilyn Monroe o Napoleón fueron grandes consumidores de champagne.
Como curiosidad, os diremos que "la primera competición automovilística donde se usó el champán fue en 1907 en la carrera Peking-París. Dan Gurney inició la tradición de bañar al público y a los demás pilotos al festejar su victoria en las 24 horas de Le Mans de 1967, aunque Graham Hill había hecho lo mismo con vino espumante en el Gran Premio de Australia de 1966". También es tradicional estrellar una botella de champán contra el casco del barco en su botadura para demostrar su solidez; es de mal augurio que la botella no se rompa.
fotografía de Wikipedia |
Muchas veces, a la hora de destapar la botella, lo "típico" es escuchar el sonido del corcho saliendo de la botella pero en unas correctas medidas de etiqueta lo idóneo es que el sonido sea, incluso, casi imperceptible.
Pero y, ¿por qué brindamos? ¿qué quiere decir?
Antiguamente era bastante normal que se envenenaran las copas, por ello, chocaban fuertemente sus bebidas para que el líquido de una pasara a la otra y así quedar claro que no había envenenamiento. A veces nos sorprenden como tradiciones de toda la vida tienen historias tan "oscuras" detrás.
Lo que no nos queda duda es que siempre que hay un brindis es por un buen motivo y para proclamar buenos deseos y/o provocar unas risas entre nuestros comensales. ¡SALUD!
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