- Elegir un color "temático" fuerte.
- Elegir un color neutro con el que combine.
¿Porqué hacerlo así? Siempre cuando decoramos una mesa tendemos a recargarla de cosas, porque no pensamos que cuando esté llena de comida, la comida en sí se convierte en un elemento decorativo, y al final tendremos mesas llenas de colores y comidas, sin un hilo cromático aparente.
Os dejo en las fotos de este artículo un ejemplo de cómo articulamos la decoración low cost de nuestra mesa de navidad de 2011. Queríamos que el rojo, el color de moda en la navidad, fuese el predominante, y para ello:
- Elegimos mantelería blanco crudo.
- Elegimos platos sencillos de color beige.
- Vasos y copas sencillas de cristal.
- Vasos portavelas. Uno cada 3 comensales.
- Para dar el toque rojo, dispusimos a lo largo de la mesa pequeños adornos navideños que compramos en Ikea en forma de paquetitos rojos de regalo, aparte de poner unas flores de pascua por algunos puntos visibles.
- Para seguir con ese toque rojo, pero para tampoco resultar cargantes, añadimos unas servilletas de papel de varios colores, pero donde el rojo tenía una fuerte presencia.
El resultado es una mesa más armónica donde el protagonismo inicial lo tiene la sensación que te da el único color predominante (el rojo) y después el protagonismo lo tendrá la comida, y esta resaltará más porque la mantelería y los platos hacen de marco para formas de presentación de la comida más elaboradas.
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